Manifiesto del Eco: Contra el Silencio Programado

Nosotros, los que aún recordamos.

Los que no tememos mirar detrás del velo.

Los que escuchamos el murmullo de la historia enterrada, alzamos nuestras voces contra el régimen del olvido.

El Estado dice que la verdad es peligrosa.

Nosotros decimos: la mentira es letal.

El Estado nos da entretenimiento para adormecernos.

Nosotros buscamos conocimiento para despertarnos.

No somos terroristas.

Somos testigos.

No queremos caos.

Queremos memoria.

Cada pantalla que parpadea, cada palabra que se censura, cada rostro que desaparece sin rastro, es una herida abierta en la conciencia colectiva.

Nos llaman traidores.

Pero ¿quién traiciona más: el que revela los crímenes, o el que los disfraza de actos heroicos?

Nos llaman locos.

Pero ¿quién está más cuerdo: el que duda de lo que ve, o el que acepta sin pensar?

Nos llaman peligrosos.

Pero ¿quién es más peligroso: el que enciende una chispa, o el que apaga todas las luces?

Este manifiesto no es una declaración de guerra.

Es una declaración de existencia.

Estamos aquí.

Somos muchos.

Y no olvidamos.

La verdad no necesita permiso.

Solo necesita eco.

—Lys, historiadora del fuego